Por tanto, Ciudad tándem, nacida con tan buenos augurios al mismo ritmo que los geranios del mayo cordobés, y en un espacio tan único como es La Corredera, no es, como podría hacer pensar su nombre, una nueva asociación que surge en defensa del carril-bici de la ciudad… (que también, ¿por qué no?). Su origen, su razón de ser tiene más relación con la tercera acepción que el diccionario académico recoge para la palabra tándem: “conjunto de dos personas que tienen una actividad común, o que colaboran en algo”. Ciudad tándem la formamos un grupo de mujeres que, pilotadas por Rosa Colmenarejo, nos disponemos a pedalear por la ciudad para tomar el pulso a su epidermis, tratando de conservar aquellos elementos urbanos que nos hacen la vida más amable (¿cuántas grandes ciudades quedan en nuestro país donde la altura de los edificios permite ver el cielo o un horizonte de monte bajo? Córdoba es una de ellas… todavía) e intentando transformar el rostro áspero del lugar que habitamos.
-¿Mujeres? ¿Por qué sólo mujeres? –habrá quien piense, de forma muy original… ;-) –. Hay que ver, qué pesadas están… ¿hasta dónde querrán llegar?
Sobran las justificaciones. Preferimos seguir conduciendo por nuestro carril-bici, una larga vía verde por la que discurriremos a veces en silencio, oyendo nada más que el ritmo monótono de nuestros pedales, a veces conversando entre risas que nos impedirán oír el cuchicheo de los pájaros. Nuestro pedaleo lento, lejos de las prisas que nos impone el modus vivendi consumista, no nos impedirá llegar a donde nos hayamos propuesto. En cualquier caso, a lo largo de nuestra ruta y en cada una de nuestras actuaciones a favor de un paisaje urbano más vivible, las mujeres que formamos Ciudad tándem nos aplicaremos la conocida frase de la compositora Nadia Boulanger: trataremos de pensar con el corazón y de sentir con la cabeza.
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